Títulos como el Volante FGA, la Gara N5 o la Top Ten Pirelli le valieron al ourensano para ganarse una plaza en la selecta Peugeot Rally Cup Ibérica
Algo bullía en la cabecita de Pablo Blanco Alonso (Maceda, 1994), cuando su abuelo Pepe le enseñó a conducir con solo 5 años en una finca de la familia. «Siempre deseaba que llegara el fin de semana para seguir aprendiendo», recuerda con ojos brillantes el veloz piloto de hoy en día, que sin embargo se dejó cautivar por el fútbol en aquellos tiempos y defendió la camisola del Club Deportivo Ourense, desde prebenjamines hasta su segundo curso de juvenil. El motor ganó entonces la partida y ya no hubo vuelta a atrás. Títulos como el Volante FGA, la Gara N5 o la Top Ten Pirelli llevaron al ourensano a un Campeonato de España en el que se inscribirá en su copa más internacional, la Peugeot Rally Cup Ibérica.
«Recuerdo que mi tío Javier me llevó a un Rali de Ourense, en el 2005, y allí aluciné con Vallejo y Chelís. Tampoco se me olvida una Subida a Chantada en la que Manolo Senra pasó muy pegado a una valla y salió con una llama en el escape. Supe que aquello me tiraba», remarca un Pablo que, aún sin carné, fue copiloto de su padre, al que convenció para comprar un R5 GT Turbo. Y de ahí hacia arriba, hasta su aciago estreno en el certamen ibérico: «Los resultados no han sido buenos, en la primera prueba ni pudimos debutar y en la siguiente un coche muy lento nos hizo perder dos minutos». Con su inseparable Ian Quintana, promete guerra en casa: «Nos iremos tranquilos si somos capaces de dar el máximo. Es un proyecto a dos años y no nos rendimos tan fácil».
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