Once años de Os do Fuelle, una “terapia” para sus músicos

La agrupación nació hace once años por iniciativa de un grupo de veteranos de la escuela de música de Maceda. Sus miembros disfrutan del buen ambiente que existe.

Hace once años, un grupo de amigos de Maceda que compartía escuela musical -además de cenas, comidas y fiestas- decidió fundar la Agrupación Os do Fuelle. Precisamente, al ser la mayoría acordeonistas, se optó por este nombre.

Año a año fueron sumando miembros a un proyecto que, para muchos de ellos, es una auténtica terapia. Ahora son 30 y la media de edad ronda los 50. “El grupo es una terapia para mucha gente. Le genera ilusión, sobre todo, a los mayores”, asegura Alberto Outeiriño, presidente de la Asociación Os do Fuelle. “De hecho, algunos empezaron a tocar el acordeón después de jubilados. El grupo también contribuye a crear esa expectativa para los viajes, las actuaciones… Con los videoclips los músicos se lo pasan muy bien. Es un aliciente”, añade.

Os do Fuelle representa también el “hermanamiento” de varios concellos ourensanos. En la agrupación hay representación de siete: Maceda, Esgos, Paderne de Allariz, Xunqueira de Espadanedo, Baños de Molgas, Vilar de Barrio y Montederramo. Por ello, aunque las actuaciones no son muchas a lo largo del año -por decisión del propio grupo-, esos “escenarios” son siempre fijos:  “Si quiséramos tendríamos actuaciones todos los fines de semana”, dice Tito González, director musical. “Se hacen pocas actuaciones, porque no queremos más”, añade Alberto Outeiriño, quien incide en que ”somos aficionados y no nos dedicamos a esto. Tampoco es nuestra pretensión ir más allá. Actuamos en concellos que nos conocen o a los que estamos vinculados”, añade. En este sentido, Tito González subraya que el secreto para perdurar en este tipo de agrupaciones musicales es “no saturarse mucho” y compartir cenas, comidas y tiempo juntos: “Nos gusta salir, tocar y cantar para nosotros. Disfrutamos del ambiente y del compañerismo que hay, y lo queremos seguir manteniendo”.

Pese a lo anterior, los músicos veteranos cumplen rigurosamente con los ensayos: Tres veces por semana -un día es para los acordeonistas, otro para las voces y, el tercero, se realiza en conjunto-. Todo lo que ganan con sus actuaciones se invierte en el propio grupo: Para viajes o para acciones como la grabación de videoclips, mediante los que quieren difundir su música. “No hay ánimo de lucro y, a nivel personal de los músicos, mucho menos”, precisa Outeiriño.

Aunque su finalidad es disfrutar, cada vez son más los eventos que quieren contar con sus actuaciones. Para este verano ya tienen varias comprometidas. En noviembre irán a A Estrada, en Pontevedra, entre otros destinos. “Acudiremos por primera vez a un certamen en el que estarán grupos de toda Galicia”, concluye Tito.

 

 

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